
Consejos de alimentación durante y después de la radioterapia
La radioterapia y la dieta pueden funcionar de forma sinérgica. Además, vigilar su dieta en estas situaciones reduce los efectos secundarios del tratamiento.

Los procesos oncológicos son enfermedades complejas que requieren un tratamiento preciso que combine farmacología y dieta. Gracias a esto, se puede producir un efecto sinérgico entre los dos componentes, mejorando el pronóstico. Aquí le ofreceremos una serie de consejos sobre alimentación durante y después de la radioterapia.
En los últimos años, las recomendaciones nutricionales para el cáncer han cambiado mucho. Anteriormente, defendíamos principalmente un modelo rico en calorías y carbohidratos. Hoy hemos optado más bien por lo contrario. Restringir los azúcares y proporcionar ciertos micronutrientes parece ser efectivo para aumentar las posibilidades de supervivencia.
Dieta durante la radioterapia
La dieta durante la radioterapia tiene como objetivo reducir los efectos secundarios de esta última. y aumentar su eficiencia. Para ello, podemos utilizar estrategias como dieta cetogénicaespecialmente en tumores que dependen de la glucosa.
Según uno estudio publicado en la revista Metabolismo molecular, la restricción de carbohidratos es útil como tratamiento complementario porque retrasa o ralentiza el crecimiento tumoral. No obstante, es importante ofrecer una serie de recomendaciones dietéticas más precisas para evitar efectos secundarios específicos del tratamiento.

La diarrea es uno de los efectos secundarios más comunes de la radioterapia, por lo que la dieta se convierte en un gran aliado para reducirla.
Para evitar la boca seca
Es común que los tratamientos contra el cáncer creen una sensación constante de boca seca. Para evitar este problema, Es aconsejable beber pequeñas cantidades de agua de forma regular. Además, es necesario evitar los alimentos secos. Una buena opción es utilizar salsas ligeramente grasas o triturar alimentos en forma de puré.
Si hay mucositis
La mucositis es la inflamación de todo el revestimiento del sistema digestivo. En este tipo de situaciones, la prioridad es evitar ofrecer alimentos con carácter ácido, como los cítricos. Los de textura dura tampoco son una buena opción. Es mejor optar por productos fríos que ofrezcan un ligero efecto analgésico.
Cuando es difícil de tragar
Cuando aparece la disfagia, lo ideal es dividir las comidas para evitar grandes volúmenes de comida. Además, es mejor no introducir elementos sólidos duros como la carne.
Una estrategia eficaz es triturar las preparaciones hasta obtener un puré y consumirlas bebiendo con frecuencia.
En caso de falta de apetito
Es común que los tratamientos oncológicos provoquen una reducción del apetito, como uno afirma investigación publicada en Atención de apoyo en cáncer. En este caso, es importante dividir la cantidad de calorías diarias en varias comidas pequeñas.
Aunque tradicionalmente se ha recomendado elegir alimentos ricos en hidratos de carbono, actualmente este consejo está siendo cuestionado.
En caso de diarrea
El último de los efectos secundarios más comunes de la radioterapia es la diarrea. Para evitar este problema, es fundamental ingerir productos lácteos fermentados y fibra soluble, como las manzanas. Probióticos en yogur han probado su eficacia en el tratamiento de este problema intestinal.
Cuando la radioterapia se aplica al área abdominal, es mucho más probable que desarrolle diarrea durante todo el proceso. Por lo tanto, podemos implementar aquí una serie de cambios más estrictos.
Es fundamental establecer una dieta baja en residuos y con bajo contenido en fibra. Además, se debe moderar la presencia de grasas y leche, aumentando la ingesta de líquidos.
Dieta después de la radioterapia
Una vez concluido el tratamiento, es posible aplicar una serie de protocolos dietéticos con el fin de estimular los procesos de autofagia interna y mejorar el funcionamiento general del organismo. Uno de ellos es el ayuno intermitente; su práctica estaba asociado con menor riesgo de desarrollar problemas oncológicos por recurrencia.
También se recomienda restringir los alimentos ultraprocesados. La presencia de grasas trans y aditivos en ellas es contraproducente para la salud. Siempre es mejor elegir productos frescos, como frutas y verduras, carnes o pescados.
También desaconsejamos el consumo de alcohol y refrescos. Estos últimos contienen grandes cantidades de azúcares simples o edulcorantes artificiales que complican el funcionamiento de los procesos fisiológicos.

Una vez finalizada la radioterapia, la dieta sigue siendo un pilar para prevenir la recurrencia.
La dieta en radioterapia es un pilar
Como comentamos, La dieta puede reducir los efectos secundarios de la radioterapia. Además, mejora sus efectos cuando introducimos nutrientes de calidad y limitamos los alimentos nocivos.
Entonces, si padece una enfermedad oncológica, considere consultar a un nutricionista para completar el tratamiento establecido. Este profesional puede desarrollar un plan dietético a medida, que actuará de forma sinérgica con la farmacología administrada. De esta forma se mejorará el pronóstico y manejo de la patología.