
Lo que dice la ciencia sobre los lácteos y la pérdida ósea
El consumo de productos lácteos no se asocia directamente con un riesgo reducido de fractura ósea. Sin embargo, la vitamina D tiene una capacidad protectora a este respecto.

Los productos lácteos se han asociado con la prevención de la pérdida ósea durante décadas. Sin embargo, esta afirmación se disputa hoy.
Aunque estos alimentos son ricos en calcio, otros factores como el ejercicio o los niveles de vitamina D son más importantes en la lucha contra la osteoporosis. Esta enfermedad es muy común en mujeres que han pasado la menopausia.
La osteoporosis es irreversible y es fundamental para asegurar su prevención. Una vez que el hueso comienza a desmineralizarse, no puede recuperar el calcio perdido. Por tanto, es fundamental cargar los depósitos con este mineral lo antes posible.
Los productos lácteos no son la mejor fuente de calcio
Contrariamente a la creencia popular, existen alimentos que aportan una mayor cantidad de calcio que los productos lácteos. Por ejemplo, verduras de hoja verde. Sin embargo, hay que tener cuidado con este tipo de alimentos, ya que contienen grandes cantidades de filatos o fibra. Esto podría reducir la biodisponibilidad del mineral.
Dicho esto, y de acuerdo con un artículo publicado en la revista Reseñas de investigación nutricional, la asociación entre el alto consumo de productos lácteos y la reducción de la pérdida de masa ósea aún no se ha establecido firmemente. Existen algunos indicios de que el consumo regular de leche puede disminuir el riesgo de fracturas de huesos. Pero esta asociación no está consolidada por evidencias científicas e irrefutables.

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La vitamina D ayuda a prevenir la pérdida ósea
Para prevenir osteoporosis, mantener niveles óptimos de vitamina D es más eficaz que consumir grandes cantidades de productos lácteos. Este nutriente estimula la absorción y fijación de calcio en los huesos. Esto reduce el riesgo de fractura, según un estudio publicado en la revista Osteoporosis International.
Por otro lado, para asegurar los niveles correctos de esta vitamina, es fundamental exponerse regularmente a la luz solar. Así, estimula la producción endógena del nutriente, reduciendo así el riesgo de desarrollar enfermedades a medio y largo plazo.
La vitamina D también se puede encontrar en la dieta. No obstante, se encuentra en pequeñas cantidades en los alimentos. Los que tienen niveles aceptables son el pescado azul, las espinas y los productos lácteos enriquecidos. Algunos hongos incluso pueden contenerlo.
Ejercicio para prevenir la osteoporosis
Aparte de la dieta, el ejercicio de fuerza es una forma eficaz de aumentar la masa muscular y la densidad ósea. De hecho, la práctica de deporte de forma habitual reduce el riesgo de fracturas a medio y largo plazo, convirtiéndose así en un importante factor protector frente a la osteoporosis.
Por lo tanto, Combinar dieta y ejercicio es una excelente manera de prevenir el desarrollo de este síndrome. en mujeres posmenopáusicas. Sin embargo, estos hábitos deben mantenerse durante una buena parte de la vida, y no solo después del inicio de la patología.

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Los productos lácteos no son la mejor solución para la pérdida ósea
Los productos lácteos aportan nutrientes beneficiosos para el organismo. Muchos de ellos contienen probióticos, que son responsables de mejorar la salud intestinal. Sin embargo, en términos de pérdida ósea, estos productos no tienen una gran ventaja sobre otras alternativas.
La vitamina D realmente puede ayudar. Este nutriente aumenta la absorción y fijación de calcio en los huesos, reduciendo así el riesgo de osteoporosis.
Es una vitamina deficiente en la población, debido a la baja exposición al sol. Por tanto, se recomienda optimizar la dieta, para que los alimentos que contienen vitamina D estén más presentes. En algunos casos, incluso es necesario tomar suplementos.
Además, el ejercicio de fuerza física se presenta como un método de protección contra la pérdida ósea. El ejercicio regular reduce el riesgo de fracturas óseas en mujeres que ya han pasado por la menopausia. Finalmente, una combinación de dieta y deporte sería el programa ideal.